En 1975 inauguramos el Frankfurt que se convirtió en el lugar de encuentro para toda una generación. De la clásica salchichería pasamos a hacer hamburguesas y bocadillos, y así surgió Tribeca.
Mantenemos intacta nuestra tradición y tenemos el mismo fin que antaño: Ofrecer productos de una calidad excepcional en un espacio único donde vivir momentos inolvidables.